sábado, 2 de febrero de 2008

Suicidio


Hace días que ronda por mi cabeza, quería escribir sobre ello, pero…

Ayer escuché de pasada una noticia, un suicidio e internet, no llegué a tiempo de saber de qué se trataba, pero me pareció una señal, la señal que ha hecho que por fin escriba del tema.

La primera idea me vino a la cabeza con la noticia del suicidio de un famoso, no es que siguiera de cerca su carrera, ni que sea uno de mis actores preferidos, lo conocí a través de Brokeback Mountain , pero me sorprendió muerte de Heath Ledger. La muerte siempre me coge por sorpresa, la verdad.

Así que aquí estoy, escribiendo sobre algo que conozco de cerca, el suicidio, un acto que ha evolucionado en mi mente al igual que muchísimas cosas. Intentaré escribir con la cabeza, con mi razón, intentaré no escribir con el corazón, racionalizar este acto irracional…

Hace apenas un par de años era una persona incapaz de entender este acto, por más que intentaba buscar la lógica no la encontraba, mi mente se esforzaba en comprender y solo pude llegar a respetar sin entender jamás un solo motivo, solo veía un acto desesperado en el que mi mente lógica solo encontraba una explicación, en un solo caso, con un solo motivo en que entendía dicha acción, dicha decisión, solo podía comprender un suicidio cuando se trataba de acabar con una vida ya destinada a la muerte, cuando se trataba de acabar dignamente, sin dolor y sufrimiento, para llegar a acortar lo inevitable, solo cuando la persona ya estaba desahuciada y su cuerpo se encaminaba a la muerte segura, solo entonces mi mente podía llegar a entenderlo.

Pero la vida es curiosa, caprichosa, juega con nosotros, hace que nos planteemos nuestra propia fe, nuestros dogmas, nuestras creencias… Así que hace unos dos años caí en una depresión brutal que fue carcomiendo mi espíritu y mi alma, se hizo dueña de mi voluntad, deje de controlar mis pensamientos, mis sentimientos, todo. Solo me embargaba la tristeza, la apatía, un vivir sin vivir… Un diciembre, el diciembre de 2006 la desesperación se hizo conmigo, experimente lo fácil que es tomar mil pastillas en unos segundos, lo fácil que es perder el juicio, la voluntad, la razón, la lógica, el miedo. Por suerte para mi, mi estrella quiso salvarme, quiso que mi Marido se despertara y me echará de menos, que me descubriese a tiempo, así volví a nacer en un servicio de urgencias, casi 36 años justos desde que vi la luz en ese mismo hospital. Y volví a nacer en diciembre!

Pero quiero explicar esto desde un lado no emotivo, desde un punto de vista totalmente racional, lo consigo, estoy escribiendo mi historia sin emoción, solo relatando los hechos, ¿Por qué? Solo para poder explicar cómo cambia la visión de un tema tan difícil como el suicidio.

Esa experiencia hizo que tuviese que reciclar mis ideas sobre este acto desesperado, por que sin duda es desesperado.

Ahora ya no puedo decir que no entiendo a las personas que deciden acabar con su vida, que no encuentro una lógica, que no puedo entender que las lleva a tomar esa decisión. En mi vida había conocido a dos personas que acabaron con su vida de manera voluntaria, uno era un adolescente rechazado por su amada, el otro era un treintañero aparentemente feliz, no comprendía que tomaran esa decisión, “mientras hay vida hay esperanza” se dice, pero ahora sé que no es una decisión consciente o voluntaria, es una acto rápido, inconsciente, en que la mente se deja llevar por el ánimo aplacado.

Muchas personas deben pensar como yo lo había hecho durante 35 años, deben ver este acto como algo ilógico e incomprensible, yo aun lo hago inconscientemente, pero he aprendido que hay una enfermedad, una enfermedad poco conocida, poco entendida por las personas que no la han vivido de cerca, incluso por algunas que la viven y no la aceptan, una enfermedad dolorosa y difícil: la depresión.

Solo si somos conscientes de esta enfermedad, si sabemos reconocerla como tal, si las personas que nos rodean la entienden, la respetan, solo entonces el suicidio podrá evitarse en mayor medida, porque es una enfermedad la que nos lleva a ese acto desesperado, es solo una enfermedad, más común de lo que parece, menos aceptada de lo que parece.

La depresión es la causa, el suicidio es solo uno de sus efectos.

4 comentarios:

Amly dijo...

Me atrevo a insinuar: Existe la depresión o sea lo patologico, pero existe tambien el razonamiento logico de que la vida debe "valer la pena". Yo creo que si te das cuenta que la vida no da placer, para que vivirla? Educacion antiquada, masoquismo, religión, familia, responsabilidad es lo que te impide tomar "the last exit".
Pero: Sinceramente es bueno saber que no estás atrapado en esta vida, que tienes la posibilidad salir de ella.
Saludos
Willi.

BettyBlu dijo...

Vaya Sayuri... has hablado desde la razón, pero me has llegado al sentimiento...

Un beso

AGRA dijo...

Cuando se habla de ello sin que te tiemble el pulso y de forma tan natural es que todos tus fantasmas del pasado han desaparecido ¡Enhorabuena! Ya todo quedará en una experiencia para no ser repetida.
Cuando se esta tan sumamente hundida como para no amar tu propia vida siempre un rinconcito dentro de ti dice un "ayúdame" desesperado pero la tristeza no nos deja expresarlo a los que nos quieren. Solo cuando hemos tocado techo, cuando podemos empezar a hablar de ello sin temblar, sin llorar, cuando podemos susurrar ese ayúdame, somos capaces de ponernos de rodillas, al día siguiente de pie y al otro volver a caminar disfrutando de la vida como nunca debimos dejar de hacerlo.
El suicidio por tanto, desde mi punto de vista, es el fin que la locura y desesperación busca para que el alma deje de sufrir.
Bexitos!!

Selket dijo...

Hace días que no entraba á esta parte de ti Sayuri, y realmente me ha sorprendido esto que encontré. Yo también me he preguntado sobre el suicidio y en general me quedo con esa idea de que es un acto de desesperación, pero sé que en ciertos casos puede ser eso, un impulso, un momento malo que lleva a saltar hacia el vacío.
Es un momento que deja mucho dolor, y muchas preguntas detrás.
Hay que estar atento con aquellos a quienes amamos, para reconocer las señales a tiempo.
Y es cierto lo que dice agra, se nota que ese tiempo ha quedado atrás para ti y me alegro por ello.