Ayer lloré, lloré amargamente y no fue algo sentimental, si en parte, pero sobretodo fue por rabia e impotencia.
Por sentir que la injusticia ha existido, existe y que pocas veces hacemos alguna cosa para cambiar esa realidad.
Ayer vi la película Salvador, no entro ni a valorar la película, ni a la persona, Salvador Puig Antich. No soy ni juez, ni quiero juzgar.
Pero sí siento, sí opino y sí reflexiono.
Me hizo pensar, pensar en que hay personas valientes, capaces de querer cambiar la realidad, de mejorar el mundo, de una manera correcta a su entender, a veces buena, a veces equivocada, pero que no se conforman con sobrevivir en un mundo injusto, donde la mayoría no somos capaces más que de “aceptarlo”
Si cada uno de nosotros tuviese solo un poquito de ese inconformismo, de esa valentía, de ese espíritu de sacrificio, el mundo sería distinto, no tengo la menor duda.
Cada vez que pienso en personas comprometidas y sacrificadas, personas con Fe en poder cambiar las cosas, pienso en lo afortunada que he sido en conocer a alguna de ellas, sobretodo a una, a una persona que con sus propios recursos, con su capacidad de sacrificio quiere cambiar este mundo, que trabaja y lucha para ello.
Una persona que me ha hecho recapacitar sobre lo mucho que llegamos a conformarnos, lo muy poco que nos sacrificamos mas allá de nuestro circulo cercano. Que me ha hecho valorar que el esfuerzo merece la pena y que si como Él hiciésemos un poquito cada uno de nosotros no viviríamos la realidad que nos rodea.
Y eso me lleva a recordar un libro que leí cuando apenas tenía 13 años, cuando aún no había perdido la Fe en cambiar el mundo, cuando aún era capaz de movilizarme por desconocidos, por cambiar la realidad existente.
Por sentir que la injusticia ha existido, existe y que pocas veces hacemos alguna cosa para cambiar esa realidad.
Ayer vi la película Salvador, no entro ni a valorar la película, ni a la persona, Salvador Puig Antich. No soy ni juez, ni quiero juzgar.
Pero sí siento, sí opino y sí reflexiono.
Me hizo pensar, pensar en que hay personas valientes, capaces de querer cambiar la realidad, de mejorar el mundo, de una manera correcta a su entender, a veces buena, a veces equivocada, pero que no se conforman con sobrevivir en un mundo injusto, donde la mayoría no somos capaces más que de “aceptarlo”
Si cada uno de nosotros tuviese solo un poquito de ese inconformismo, de esa valentía, de ese espíritu de sacrificio, el mundo sería distinto, no tengo la menor duda.
Cada vez que pienso en personas comprometidas y sacrificadas, personas con Fe en poder cambiar las cosas, pienso en lo afortunada que he sido en conocer a alguna de ellas, sobretodo a una, a una persona que con sus propios recursos, con su capacidad de sacrificio quiere cambiar este mundo, que trabaja y lucha para ello.
Una persona que me ha hecho recapacitar sobre lo mucho que llegamos a conformarnos, lo muy poco que nos sacrificamos mas allá de nuestro circulo cercano. Que me ha hecho valorar que el esfuerzo merece la pena y que si como Él hiciésemos un poquito cada uno de nosotros no viviríamos la realidad que nos rodea.
Y eso me lleva a recordar un libro que leí cuando apenas tenía 13 años, cuando aún no había perdido la Fe en cambiar el mundo, cuando aún era capaz de movilizarme por desconocidos, por cambiar la realidad existente.
Ese libro abrió mis ojos y mi mente a muchas cosas, a descubrir cómo pueden llegar a manipularnos, a hacernos creer en una realidad creada para hacernos ignorantes y una especie de rebaño incapaz de pensar por sí mismo.
La frase que más me impactó
La frase que más me impactó
“LA IGNORANCIA ES LA FUERZA”
porque realmente es cierta, la manipulación de la información, el hacer de las personas unos ignorantes de la realidad, la ignorancia voluntaria, el mirar hacia otro lado… esa es la fuerza que tienen los grandes manipuladores, los que manejan los hilos de la realidad que nos rodea, los que quieren hacernos creer que el mundo es como es y no podemos cambiarlo.
Pero eso es falso, el mundo puede cambiar, porque hay personas que se esfuerzan, porque ha habido personas que han cambiado el mundo a lo largo de la historia, porque sigue habiéndolas y las habrá.
Solo hay que abrir los ojos, escuchar, observar y sacrificar parte de nuestro Yo para cambiar el presente y el futuro.
Y aunque en ese libro que menciono el final nos lleve a pensar que todos tenemos un precio, no monetario, sino espiritual, un punto débil, que todos somos capaces de sucumbir ante ciertas cosas, a pesar de esa frase “Bajo el nogal de las ramas extendidas yo te vendí y tú me vendiste” a pesar de ello, quiero pensar que podemos, que puedo cambiar el mundo.
No todas las formas son las correctas, no creo que el fin justifique todos los medios, detesto la violencia.
Pero sin violencia, con palabras, con actos no violentos, con la Fe, el compromiso y la acción podemos hacerlo.
No nos quedemos parados ante las cosas horribles que pasan, no nos lamentemos y miremos hacia otro lado, pequeñas cosas, pequeños gestos, pueden ir cambiado la realidad existente.
No nos conformemos con la realidad que nos venden, busquemos una realidad distinta.
Yo no soy creyente, no de ninguna religión, pero si tengo Fe. Fe en las personas, Fe en mí.
Y alguien, que puede que solo fuera de los primeros en pensar que el mundo se podía cambiar, alguien a quien muchos siguen, en quien muchos creen, a pesar de la manipulación que de sus palabras han hecho, ese alguien dijo
Pero eso es falso, el mundo puede cambiar, porque hay personas que se esfuerzan, porque ha habido personas que han cambiado el mundo a lo largo de la historia, porque sigue habiéndolas y las habrá.
Solo hay que abrir los ojos, escuchar, observar y sacrificar parte de nuestro Yo para cambiar el presente y el futuro.
Y aunque en ese libro que menciono el final nos lleve a pensar que todos tenemos un precio, no monetario, sino espiritual, un punto débil, que todos somos capaces de sucumbir ante ciertas cosas, a pesar de esa frase “Bajo el nogal de las ramas extendidas yo te vendí y tú me vendiste” a pesar de ello, quiero pensar que podemos, que puedo cambiar el mundo.
No todas las formas son las correctas, no creo que el fin justifique todos los medios, detesto la violencia.
Pero sin violencia, con palabras, con actos no violentos, con la Fe, el compromiso y la acción podemos hacerlo.
No nos quedemos parados ante las cosas horribles que pasan, no nos lamentemos y miremos hacia otro lado, pequeñas cosas, pequeños gestos, pueden ir cambiado la realidad existente.
No nos conformemos con la realidad que nos venden, busquemos una realidad distinta.
Yo no soy creyente, no de ninguna religión, pero si tengo Fe. Fe en las personas, Fe en mí.
Y alguien, que puede que solo fuera de los primeros en pensar que el mundo se podía cambiar, alguien a quien muchos siguen, en quien muchos creen, a pesar de la manipulación que de sus palabras han hecho, ese alguien dijo
“LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”
Busquemos la verdad, dejemos de lamentarnos y cambiemos el mundo con pequeñas cosas, con pequeños sacrificios personales por el bien de todos, no dejemos que nos engañen, que nuestra ignorancia les haga más fuertes.
Solo son reflexiones,
solo son ideas que deben llegar a ser acciones,
que deben llegar a ser realidades.
solo son ideas que deben llegar a ser acciones,
que deben llegar a ser realidades.
3 comentarios:
Bellos pensamientos y esperanzas que serían fácilmente realizables si los que están en el poder deseasen lo mismo, pero no les interesa.
Yo siempre sueño con un mundo utópico en el que no exista la violencia, el odio, el rencor, ni el egoísmo, aunque tal y como veo que van las cosas cada día parece más difícil.
Saludos, Antonio Graell
creo que hay gente, no mucha, concienciada con intentar cambiar el mundo o hacer más felices a los que más lo necesitan.
primero deberiamos preocuparnos por el vecino de al lado y luego cruzar el charco teniendo siempre el cuenta algo que mi madre me die siempre: no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita.
y esta es una realidad inmensa.
si muchos tuvieramos algo menos, todos tendríamos algo más.
besitos de miércoles.
releyendo tus opiniones a ciertos temas y considerando las lagrimas que has perdido en impotencia antes tantas injusticia, tengo la necesidad de decirte que estoy orgulloso llamarte amiga.
Te beso mi amiga pensante y por eso no menos sensual.
Yo
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